Patios de Estudiantes (Estudiantes 2 de 3)

















Las tres en el reloj del patio. La Real Fábrica de Tabacos no desprende humo. Su piedra calienta unos capirotes cuyos antifaces saben que este año sí van a ser ceñidos. Calor de verano en Martes Santo. Pequeños monaguillos que cuchichean mirando a través de una reja. Un monaguillo mayor mira absorto un capirote como el que en pocos años llevará. Unas hermanas nazarenas recogen su pelo con trenza como en el día de un examen. Saludos de antiguos compañeros de banca y desde entonces de cada Martes Santo. Todavía quedan cruces abrazando las pilastras del último patio. Otras, ya apoyadas junto a una ventana, han sido elegidas por unos hermanos que descansan en un banco. Las sombras acentúan la agudeza de los capirotes. El reloj del patio marca casi las cuatro cuando ya están puestos los antifaces y el pertiguero cruza el patio. Dos costaleros de una Hermandad que en ello fue pionera se ajustan el saco en el pasillo de los cuadros. Calor, calor que sube desde el patio a la terraza elevando el incienso.  Calor, bastante calor que algunos costaleros calman bebiendo en un jarrillo de lata el agua de unas cántaras de tapón de corcho y abrigo de esparto. Al fondo en el Rectorado retumba un golpe, un contundente golpe de llamador rebotando entre la caoba y la piedra...

Para ver los preparativos de la mañana del Martes Santo (Estudiantes 1 de 3):

Y para ver la salida desde dentro del Rectorado (Estudiantes 3 de 3):

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